Cada día me surge la misma pregunta…
¿No quiere o no puede?¿ No pudo o no quiso?
Seguramente esta pregunta os la hayáis hecho más de cien veces. ¿Verdad que cuando uno quiere, encuentra la manera? Yo siempre he sido de las que piensa que sí. Que cuando se quiere, se hace, si no se puede hoy, pues mañana, pero se hace. Sin embargo cuando no se quiere, se busca una excusa. Y las ganas, son el motor de mi mundo.
Esto podemos aplicarlo al amor, amistades, trabajo, ocio… A la vida, en general.
Me he dado cuenta de que a veces es difícil saber lo que queremos, pero si tenemos claro lo que no queremos, es fácil seguir adelante. Siempre he sido indecisa para decidir qué sabor de helado elegir ante el escaparate, pero lo que siempre he tenido claro es cuál no escogería ni muerta.
Y de esos descartes va todo esto. Si dudas entre chocolate y vainilla, descarta la fresa.
Porque a veces, la vida, con tanta opción nos lo pone difícil, pero solo no aceptando lo que no te gusta, podrás aproximarte a lo que te gusta y aquí no hablo de sabores de helados, sino de calidad de acciones.
A menudo nos olvidamos de lo que merecemos, y eso hace que aceptemos cualquier migaja de lo que sea.(Podría poneros mil ejemplos) Y reconozco que he comprobado que asusta tener las cosas claras, da miedo encontrar a alguien seguro de sí mismo y directo a por lo que quiere, pero es la única manera de garantizarte el éxito a largo plazo.
Eso sí, si algo he aprendido es que no se puede tener todo. Y aquí es dónde entra nuestro querido término económico-financiero “Coste de oportunidad”.
Para los que no sepáis qué es, lo explico rápido: el coste de oportunidad es aquel coste de la alternativa a la que renunciamos cuando tomamos una decisión, incluyendo los beneficios que podríamos haber obtenido de haber elegido la opción alternativa.
Y esto, en Castellano,¿ qué quiere decir? Pues fácil, que no hay activo sin pasivo, que no podemos tener lo bueno sin coger lo malo, que pasarte de cervezas entre risas trae resaca, y trasnochar bailando hará que mañana tengas sueño y te duelan los pies, pero nadie va a quitarte lo que has disfrutado y que siempre, para cada opción elegida, hay una pérdida de lo que dejamos de elegir.
Siempre he pensado que los que quieren sólo el activo, las cervezas y salir de juerga y sin embargo no quieren ni oír hablar del pasivo, la resaca o el sueño, son sólo cobardes, que no han aprendido que lo bueno nunca dura toda una vida, y que aunque así fuera, sin caer, nunca valorarías tanto haberte levantado.
Por eso, como la vida va de oportunidades, no seas tonto, y no pierdas las que se te brinden. Y si ves un diamante, como dice Pablo Arribas, no seas tan idiota de seguir caminando. Párate, cógelo y disfrútalo. Se te puede caer mañana , o te lo pueden robar… pero…¿Quién te dice que no lo vas a poder disfrutar toda una vida?
¡Feliz noche valientes!